Ya soy mejor partido

Es verdad, es verdad y lo reconozco. Estoy plenamente convencido de que el título de este post en bastante modesto, que no refleja para nada todos mis logros, triunfos y reconocimientos y se queda corto en describir lo que ha sido mi pasar por el mundo.

Es que hoy soy mejor partido, soy mejor que ayer, he hecho tantas vainas en la vida que ahora si soy merecedor de las nenas. Sí, hoy ellas si pueden sentirse orgullosas de mí. De ese don nadie y sin proyección, que hace algunos años vagaba por las calles, no queda nada. Hoy es diferente, he progresado, he acumulado toda una fortuna y casi alcanzo en diplomas y méritos al ministro Andrés Uriel. Gracias, gracias diosito, hoy si soy alguien en la vida.

Para aquellos incrédulos que no creen que tanta belleza sea posible, les describiré algunos, solo algunos de los estudios que he realizado. Estudios que hoy me ponen en otro campo, con otras aspiraciones y con la posibilidad de ser ministro de nuestra patria querida. No es por nada, pero para ser ministro si que hay que estudiar.

He hecho un curso de peluquería, el cual me faculta para motilar a nuestro presidente ahora que está cojo y no puede ir al peluquero. Hice un curso de pelapapas para ayudar a hacer el sancocho en los consejos comunitarios, hice un curso en el sena de albañil para reemplazar al Ministro de Transporte cuando tenga retiros en el monasterio. Hice un curso de auxiliar de enfermeria para capacitar al Ministerio de la Protección Social. Hice un curso de verdulero para aprovechar bien los recursos de Agro Ingreso Seguro. En fín, he estudiado mucho. Tanto que si nuestro presidente no le apuesta a la segunda reelección, estoy dispuesto a reemplazarlo. Estoy dispuesto a ser el presidente de todos los colombianitos y colombianitas.

Esta vez si será la vencida, terminaremos con la guerrilla y desde yá, anuncio un no rotundo al despeje. Para tal efecto, mi vicepresidente será Andrés Felipe Arias, él tambien es un hombre muy capaz y muy preparado.

Mamá, estoy triunfando. Vos que no creías en mi y me sacabas en cara que las nenas me dejaban porque no tenía futuro, porque era un arrastrado mas, y porque no tenía estudios. Hoy es diferente, soy un triunfador, soy un candidato a ministro, ya soy mejor partido.

Tengo vasos para tomar cerveza

No es por alardear pero es cierto, tengo vasos para tomar cerveza. Muchos pensarán que me alegro de bobadas y que tener vasos para tomar cerveza no es ningún logro, o por lo menos no uno del cual poder ufanarse en público. Pues señores, quiero informarles que ha sido uno de los mejores regalos en los últimos días, que me siento muy orgulloso y quiero gritarlo al mundo.

Es que cuando era mas montañero y no sabía de esas cosas de etiqueta, no entendía por qué la gente compraba vasos para tomar cerveza. Alguna vez, acompañé a mi amiga Hermenilda a una licorera, y fue entonces cuando por primera vez, ví que la gente play compraba vasos para tomar cerveza. Si señores, hay uno para cada marca y dependiendo de si son mas o menos play, varían en el precio. Eso del precio es bien importante, hay que procurar comprar los mas caros y con eso no hay pie a tener unos vasos no aptos para reuniones de sociedad.

Personalmente, quiero confesarles que ese me parecía el gasto mas güebon que uno pudiera hacer en la vida. Como era tan montañero, no entendía porque la gente gastaba plata en esas bobadas y no la destinaba a unos usos mas racionales (mas morcilla, mas chorizos, mas arroz, mas panela, entre otros). En fín, siempre pensé que era un pecado ante los ojos de Dios la compra de cosas tan mundanas.

Fué entonces cuando Marce, una amiga de Medellín me hizo el regalo. Si señores, es lo que ustedes están pensando: unos vasos para tomar cerveza. Es que era mi cumpleaños número 28 y en los cumpleaños a uno casi siempre le regalan cosas. Este cumpleaños no fue diferente y mi amiga Marce que es una chimba me dió vasos para tomar cerveza. Tenés que dejar de ser montañero - me dijo-. Uno cuando tiene vasos para tomar cerveza puede decir que esta progresando.

Como yo siempre he querido pertenecer a la sociedad, ser play y progresar, entonces acepté los vasos con una felicidad muy grande. Por fín iba a dejar de ser montañero, por fín iba a tomar cerveza en vasos apropiados para tan importante acto, por fín iba a entender por qué mi amiga Hermenilda compraba vasos para tomar cerveza.

Sí señores, la respuesta no se hizo esperar: en los vasos para tomar cerveza, la cerveza sabe mejor.

Comprando una blackberry

¿Es que usted no tiene blackberry?, fue la pregunta de un amigo (Sigueñal, para efectos de este escrito) forestal de la nacho al tiempo que me mostraba su lujosa pocket mail. Al son de una cerveza Pilsen, mi amigo me contaba todas las bondades de tener una blackberry y me decía que le parecía inaudito que mi empresa no me patrocinara una. Mi empresa, argumentaba Sigueñal, nos da todo el bienestar posible: un plan de muchos minutos, una pocket mail y un plan de datos, nosotros somos una empresa muy ejecutiva complementó.

Mientras yo pasaba el trago amargo no sé si de la cerveza o de la frustración de no tener una blackberry, empezarón a pasar muchas cosas por mi cabeza. La compraré, fue el comentario que le hice a mi otro YO. Es que yo también quiero ser ejecutivo, eso de tener una blackberry es bien PLAY y pues yo quiero ser PLAY. Quiero que la próxima vez que hable con mis amigos digan: marica, que black berry tan chimba. Eso sin duda me dará status y una revelación indirecta de lo bien que me vá, no hay mas que pensar me dije - compraré una blackberry-.

Dicho y hecho, al día siguiente le dije a la persona encargada de las comunicaciones de mi empresa que quería una blackberry, que eso me hacía ver mas ejecutivo y que la ocasión lo ameritaba, había llegado la hora y diciembre la excusa perfecta. Güebon: ¿que blackberry quíere?, me preguntó el compañero delegado para la tarea de comparar equipos de computo y comunicaciones en mi empresa. Ups. - le respondí-. Yo no sé de eso, pero quiero una bien bacana pero barata y que no me toque pagar mucho de mensualidades. El objetivo de la blackberry es verme como ejecutivo, no importa que no tenga mucho minutos, lo importante es que se me vea bien, concluí. Pero tenga en cuenta, que no sea tan cara, yo no tengo plata para pagar algo tan costoso.

Después de un análisis exhaustivo del mercado, llegamos a la conclusión: no puedo pagar una blackberry, o por lo menos no sin dejar de pagar arriendo, servicios o mercado. Si señores, no puedo pagar la blackberry, eso de ser ejecutivo tendrá que esperar. Por el momento seguiré con mi flecha de Nokia y esperar que no tenga que sacarla cuando vuelva a tomar cerveza con mi amigo de la U. Que oso, yo no quiero volverlo a pasar.

Los dueños de ese edificio son paisas

Un sábado como cualquier otro, suena el celular como cualquier día, contesto como de costumbre. Acá conmigo, ¿Allá con quién?. Preguntas de rutina que un hombre de costumbres hace cada vez que contesta el teléfono. Es que yo si soy un hombre de costumbres.

Oiga paisa, exclamó una voz al otro lado del celular, ¿por qué no nos acompaña a ver el apartamento que vamos a comprar?.
- Claro, -respondí- apenas me bañe le marco al celular. Después de un baño no tan corto, cumplí con mi promesa. Es que yo si soy un hombre de promesas.

Luego de terminados todos los preparativos para tan magna excursión, emprendimos nuestro viaje en carro por la ciudad. Es que en la ciudad hay que andar en carro y mientras mas nuevo mejor, esos son los razonamientos que uno debe de hacer. Es que yo si soy un hombre de razonamientos.

Después de tan largo viaje y en el ocaso de la tarde bogotana, en frente nuestro, un edificio de unos ocho pisos, entonces se me ocurrió la gran pregunta. -¿Este es el edificio?. ! Está del putas¡. ¿Cómo se le ocurre?, me respondió en tono enérgico, ese edificio es de paisas.